lunes, diciembre 31, 2007
sábado, diciembre 22, 2007
jueves, diciembre 20, 2007
martes, diciembre 11, 2007
miércoles, noviembre 28, 2007
La ventana V
lunes, noviembre 26, 2007
domingo, noviembre 25, 2007
La ventana III segunda parte
Diremos, si es que tenemos que decir algo, que encontramos el papel en lugares que no se suponía que encontremos papel. Así quedará constancia de que era verdad que me había quedado sin, y que a pesar de que ninguno de los observadores que se pusieron estratégicamente para vigilarme me vio salir de casa (y menos para comprar papel), hice una nueva entrada en esto del comic. (?)
Así que si tuviera una sección de FAQS, y una de ellas fuera "¿De dónde sacaste papel esa vez que dijiste que no tenías, si nunca saliste de tu casa y sin embargo volviste a actualizar?", la respuetsa, obviamente, sería lo que está arriba.
sábado, noviembre 24, 2007
jueves, noviembre 22, 2007
La ventana II
La ventana I
La idea es no tener ninguna idea (porque para serles sincero ando medio seco de creatividad), dibujar como salga y cuando salga y tratar de divertirme y distraerme en el proceso, copado no?
Sino sale, entonces da igual.
Pero si sale, bienvenido sea =D.
Igual voy a recurrir a ese método que tienen todos de tirar miguitas, jajaja...
PD: perdonen el diseño atroz, voy a tratar de mejorarlo.
lunes, noviembre 19, 2007
martes, noviembre 13, 2007
Acumulandos
Se acumula. Se acumula y se pierde y se olvida. Se olvida de la forma más difinitiva: volviéndolo general. Quitándole las lineas, diluyendo los colores, perdiéndolo en el firmamento hasta que el sol lo esconde y la noche igualadora nos devuelve una paleta inentendible.
... Qué presencia más abrumadora la de la bruma galopante, que viene a la carrera para arrancarnos de un saque la memoria, y perdernos en el olvido. Se nos mete por la nariz y ya estamos fritos, porque te envuelve, te envuelve...
Y lo que fue, lo que en un momento era siendo viviendo o sintiendo, pasa ahora a mero recuerdo, experiencia pasada. Porque es mentira, olvidarse no es dejar de recordar, qué pavada; olvidarse es dejar de sentir vivir o ser.
Qué pavada.
domingo, octubre 21, 2007
Arrancarte de un tirón
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Cerrar el puño envolviéndote toda, completamente toda, no dejar que se escape ni un pelito, apretar los dedos con fuerza y si duele no importa si total. Tirar después sin dudar ni por un segundo.
Así es como me libro de vos cuando fantaseo que librarme de vos es cuestión de querer y nada más.
trashhhh
jueves, octubre 11, 2007
Ruidofonias Entrispertunizadoras
Aunque no tiene nada que ver, porque la verdad que al dibujo ni lo hice de madrugada, ni había ruido ni me encontraba enajenado (bueno, un poco) ni pertur.. bueno. Dejo de mentirles. pero lo anterior es cierto, no era de madrugada.
Salutes =D
miércoles, octubre 03, 2007
Sin Título V
lunes, octubre 01, 2007
Silueta que intenta demostrar que no le importa nada (o al menos no todas las cosas que le pasan) I
sábado, septiembre 29, 2007
Matilde
A la mañana encontraron la carta con todos los datos explicativos del hecho. Lo que allí decía lo entendieron pocos, y los más confundidos fueron los aludidos. Lo peor, ella estaba muerta y ya no podía explicarles nada.
A los padres les dejó dicho que sabía muy bien que les debía la vida, sin embargo, se le hacía imposible ahora devolvérselas.
A su hermano le informó que era él lo más cercano, en esta vida, que tuvo a un padre. Lo irónico fue que para él, ella había sido lo más cercano a una madre que pudo tener en esa vida.
Mencionó luego distintos amigos, muy pocas amigas (en realidad) y amantes. Destacó uno, diciéndole: “Hubiésemos sido muy feliz, lo sé muy bien; pero se me agotó la mecha antes de tiempo. Quizá, de haberte encontrado unos meses antes”. Al sujeto en cuestión se lo vio poco tiempo después, cerca de los arrecifes de San Andrés; se informa que arrojó dos objetos pequeños al mar, presuntamente resplandecientes, aunque difícil garantizar, dada la puesta de sol que nublaba la vista del testigo. Se lo ha tachado de cómplice, aunque luego de distintas indagaciones no se pudieron reunir las pistas suficientes.
Dicen los allegados que Matilde gustaba de los paseos largos y las plazas desocupadas. El florista de la cuadra nos hizo llegar que no pasaba semana sin que ella se hiciera con dos jazmines. Así mismo, el heladero de la calle Independencia, nos cuenta que “un par de veces me pidió un helado de vainilla, para después tirarlo al tacho sin darle ni una probada”.
“Era una persona extraña, pero jamás pensamos que fuera a hacer algo tan extraño”, dijeron sus instructores de pilates. A simple vista, nadie pudo entender a Matilde, ni antes, ni después.
Lo cierto es que ya no la tenemos y la vamos a extrañar.
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Ando con ganas de escribir algo medio diferente, que no sea ni tanto esto que hago ahora (que no es nada realmente) pero tampoco que sea lo que hacía antes. Algo como.... no sé. Algo como "escribir de verdad".
Ya veo qué pasa.
Gracias por leer, un saludo =)
sábado, septiembre 22, 2007
Descripción VI
El problema es que vos pensás que todo eso que hacés está bueno. Que todo eso en lo que tanto tiempo invertís tiene algún valor, en un nivel metantropológico o algo por el estilo. Como si te acercaras a ser un satélite, un planeta, una estrella, un ángel o un dios (o Dios mismo, en tus peores días).
Ni te gastes en decirme que no. Se nota a la legua. En tus ojos se nota, ese brillo tan peculiar que te define como una hija de reputa. Te marca no solo en la mirada (aunque sí fundamentalmente) sino en toda tu persona: desde tus gestos más naturales hasta esos que tenés bien pensados, esos que bien sabés lo que provocan en todos (o al menos en mí); como esa manera tan atorrantona que tenés de mirarme de reojo, fingiendo que lo que buscás es quedarte bisca y no perderte en la inmensidad de saberte una conmigo; de saber que me amás a pesar de, o justamente por; en fin, quedarte bisca, y no lo otro. O cuando vamos caminando caminos distintos y nos encontramos en la esquina sin querer, y vos tropezándote conmigo aprovechás para apoyarme la mano en el pecho (justo un par de pelos a la izquierda) cosa de que pasen cosas, entre vos y yo, entre mi corazón y tu mano, tu alma y mi alma, unidas por un tropezón inocente que vos transformás en un choque obsceno de maniobras predeterminadas, de funciones específicas y cálculos milimétricos. Porque no lo soportás, no podés aguantar el hecho de que en realidad son nuestras almas las que se encuentran y no nosotros; sos terrible.
Un monstruo social.
Por eso te digo, o me decís vos: que o soy medio imbécil, o vos estás más allá del bien y el mal.
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En realidad no sé si era esto lo que quería escribir, o sea, empecé medio pensando que era esto pero al final no estuve tan seguro. IGual en realidad prefiero más escribir esto otro, esta pequeña casipseudoaclaración, porque casi parece que me acerco más a ustedes (sean quienes sean ustedes, que a lo mejor es más un vos que un ustedes) y casi casi que me siento mejor :S.
jajaja, salud =P
lunes, septiembre 03, 2007
Romper algo
viernes, agosto 17, 2007
Reminiscencias de un heroe exitoso o Entretelones de una vida normal.
Con su dedo índice tumtumbeó sobre el video de la ventana (como suelen hacernos tan molestosamente esos niños que, pareciera, les altera que nademos indistintos), la vieja se interrumpió casi inmediatamente, el mocoso, en cambio, no: siguió con los gimoteos; pero a él sólo le interesaba la vieja: cuando se supo bien atendido, clavándole las pupilas a la vieja, hizo con su dedo índice “no, no, no”, como nos hacían los padres de antes al encontrarnos macaneando. Hubo un lapso de tiempo donde: la vieja no entendía nada, el crío se aguantaba las lágrimas en un tenso suspenso y él contemplaba con ojos de fiera a la malvada enfermera.
Cayeron entonces, a escasos metros detrás de él, los restos del misil. Fue esa la señal, que le sonaron a campanas fúnebres a la enfermera, de que todo comenzaba; hundió él los dedos en los ladrillos de la pared que rodeaba la ventana y, sin perder un segundo, la arrancó de un tirón; el chiquillo se sintió entonces salvado y esbozó una sonrisota enormesísima, un poquito nomás manchada de mocos y sangre, de esas que, de tan inocentes que parecen, les perdonamos todo; tiró la ventana para algún lado y entró heroico en la pieza. En las paredes se veían un par de afiches de anatomía, de esos que de viejos nomás, todavía diagramaban el centro del sistema nervioso en el corazón. Pensando en estas cosas entró el héroe en la pieza, sin poder ocultar una amplia sonrisa de alegría, para agarrar por el cogote a la vieja aquella, exagerando un poquito la fuerza, dirían algunos; pero esos son los que no vieron la paliza que le daba al crío.
Lo gracioso, igual, es que justo fueron esos los que tuvieron razón esta vez; de tanto apretar aquel cuello de gallina, le reventó la cabeza, salpicando de sesos y sueños reprimidos paredes, crío y héroe por igual. Y ya no sintiéndose tan salvado el mocosito, que no había visto nunca otra sangre que no fuera la propia, cambió aquella sonrisota por un llanto renovado y un pataleo tal vez exagerado. No hubo demasiada reacción por parte del héroe, se sacudió la mugre del disfraz y un poco desanimado salió caminando de la enfermería; al pasar la pared derribada volteó, sin querer, otro ladrillo.
De alguna forma aquella enfermería, aquella vieja, todo aquel lugar: se veía más (mucho más) grande en su memoria; y quizá también, ligeramente más oscuro, o tal vez terrible. Así, sin saber bien por qué, desistió de la idea original de hacerle también una pequeña visita a la monja que regentaba el orfanato.
Montó vuelo y volvió a su vida de superhéroe, a su vida de surcar cielos y derrotar villanos.
sábado, agosto 04, 2007
Salven a Willy
jajajajaa.......... aajajaja
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Asunto: Ecoapagón
viernes, agosto 03, 2007
Creo que...
jueves, agosto 02, 2007
lunes, julio 16, 2007
Un árbol en Tururlandia
A ella, y a mí principalmente, nos gusta sentarnos en las ramas de un árbol. No es cualquier árbol, es uno en especial, que tiene muchas ramas y sobre él nos sentimos como sobre ningún otro.
En algunos días, de nubes gordas y gotas negras (¿o era al revés?), lo que más queremos es sentarnos en la punta de la copa, para empaparnos un poco el alma y bebernos toda la risa que podamos. Los vientos soplan fuertes en días como estos, pero no importa porque, mientras yo sostengo la suya, ella tiene mi mano; y aunque sople y sople ningún viento puede tirarnos. Además, él sólo quiere hacernos cosquillas, es juguetón.
Hay otros, diferentes de estos. Días de sol, mucho sol, demasiado sol. Brilla tanto que vemos todo; una vez se me quedó mirando un poco asustada: se te ven las ideas, me dijo. Dimos vuelta las caras, y miramos otro lugar, mucho más lejano, mucho menos nuestro. Así que aprendimos que en esos días podemos vernos las ideas, o sentarnos en las ramas más bajas, donde hay una confortable capa de musgo, que nos hacen doler menos las cachis.
Pero mis favoritas son las ramas de los extremos: están más alejadas del follaje, pero no son tan duras como las más altas. En una de esas nos sentamos la primera vez, con una gorda luna anaranjada de acompañante, parecía una galleta y sé que ella se moría por darle un mordisco. Ahí los vientos casi no soplan, no hacen cosquillas, dan caricias, los soles no salen hasta mucho rato después y los búhos no nos ven tan fácil, así que no tratan (con tanta insistencia) de devorarnos. Creo que también son las favoritas de ella, porque es sobre las que pasamos más tiempo.
Aunque siempre estamos en el mismo árbol, no vamos siempre en la misma rama. A veces nos perdemos. A veces yo voy a la rama más alta cuando hay sol, buscando sus ideas, pero ella se queda en las más bajas; y somos torpes, un poco, lentos para entender y nos perdemos, pensamos pronto más bien que no queremos vernos, antes de creer que simplemente, en ese momento, no queremos la misma rama. Así es como nos perdemos, y vagamos de rama en rama, me canso del sol, y me voy a las más bajas, justo cuando ella se acaba de cansar del musgo confortable…
Pero los dos sabemos que, aunque nos perdamos, y andemos perdidos, y nos sigamos perdiendo, mientras sea ese nuestro árbol favorito y si seguimos saltando de una rama a la otra, de una hoja a la otra, va a pasar en algún momento que caigamos, sin querer (o queriendo), en el mismo lugar.
Y esos son momentos lindos. Momentos de tener las manos transpiradas de tanto agarrarse la una a la otra, de tener los cachetes dormidos de tanto sonreír, de olvidarse de si es o no primavera, que total, para momentos como esos, no hay estaciones.
martes, julio 10, 2007
aasdasdas
martes, mayo 29, 2007
Hola, cómo andan?
Adentro, también llueve. Llueven palabras y se llevan la mugre que tan abrigados los tenía. Se dicen groserías, se las dicen, con nerviosismo él, con tristeza ella. De a poquito se van abriendo las almas, dejando salir todo lo que había adentro. Hay olor feo, ella frunce la nariz. Pero es verano, así que pueden abrir la ventana, y así lo hacen. Ahora también la lluvia charla adentro, mojándoles las plantas que tan gordamente descansaban sobre el marco de la ventana, mojándoles también un poco las ropas, apenitas, es entre lindo y molesto. Más que nada es lindo porque mojarse es cosa de chicos, cosa de cuando se comían los mocos, y eso los deja descansar un ratito de tanta adultación que se está dando en esa pieza.
-Eh, loco, qué pasa, tan serios que nos pusimos de la nada- dice él, contrastando con el tono de lo que venía diciendo antes. Ella no dice nada, lo mira nomás; él también se queda callado ahora, se siente medio boludo.
-Se me terminó el té.
Es una excusa, claro.
Llevan horas hablando, ya repitieron algunas veces las mismas frases, las mismas explicaciones, aunque cada vez se entienden menos. Cada explicación los deja un paso más lejos. Aunque es cierto que también un paso más cerca: tantas ganas de explicarse las cosas no es moco de pavo. No hay dos personas en el mundo que tengan más ganas de dejarse bien mutuamente, ni tampoco dos que se dejen peor.
-No te entiendo…- dice ella, entre frustrada y temerosa.
-No, ya sé- responde él- tampoco yo te entiendo.
Así se afianzan: no les queda otra. Decirse que no se entienden es lo mejor, casi mejor que entenderse. En el fondo, si se entendieran, no sería lo mismo. No, claro que no, si se entendieran, como suele suceder, no se soportarían.
Si se entendieran serían iguales.
Si se entendieran no serían así.
Si se entendieran no quedaría ya nada de mística.
Además, piensa él, mejor que no me entienda.
Igual, dice ella, para qué me va a entender.
Al final se sonríen.
-Yo te hago otro té, no te pares.
Y se sonríen de nuevo.
Se van a la pieza. La pava queda en el fuego. Cuando vuelvan va a estar al rojo, y se van a reír.
viernes, mayo 04, 2007
Cuento asdf
En un pueblo alejanado de la civilizante ruidosidad de las ciudades, recidía un enmuchachado personaje que por nombre llevaba el de Lalo. Lalo era de bueneantes maneras, es decir, con su actuar bondadicionaba a la gente encercanada a él, y también a los más alejanados.
No eso unicaforma, sino además tenía muchas cualidades enasalsadoras que lo dejaban muy bien paranteado en su comunidad. Entre ellas, la de saber poner la enterrenación bien ordenada y desensuciada, cosa esta que era adorada por los personajes gobernanticiosos de la ciudad.
Pero digámoslo ya sin más elipsiocidad: Lalo era de entenderes inadecuantes, con una capacidad especial para deslumbrarse con la cosa diaria, esa tan bostezantosa. Pero a él de perplejidades nadie le iba a explicar, que sin ir más lejos podía perderse unas cuantas horas estudiando el vaiveniante ir y venir de la cola de un perro. Queremos decir, y no por creernos más (o menos) que Lalo era tonto.
De la engranajeador institución primaria él no pudo pasar. Le dijeron un día que hasta ahí nomás y él que no entendió lo que pasaba siguió rumbo sin chistar. Andás bien, pibe, pero te falta un diente para ser buen engranaje.
Tuvo su atajo de días en los que mantuvo una actitud bastante deambulantosa, miraba los perros y comía en lo del Nacho que le había visto la fisiononante expresión de buenudo que, bien precavido, solía llevar a todas partes.
Suerte de que un día la tía Pocha lo miró con ojos enternizados, y sin pensar que alguna enganación habría para ella misma se decidió a estirar las manos y guiarselo un poco al Lalo. Habló con los personajes gobernanticiosos que ya hemos mencionado y éstos, sabedores de que un favor hecho a la Pocha traía siempre agradables gratificaciones bajovientrales, accedieron con sonrisotas y efusivísimas palabras.
Vieron al poco que el Lalo era nacido para limpiar calles y veredas, sonreírles a las doñas mañaneras y alegrarse por los días de sol tanto como por los de lluvia (aunque en éstos costara el doble la barrida).
Así fue el Lalo, y yo quise que lo recordáramos todos, un rato y un poco o para siempre. Que para mí de engranaje tuvo poco, pero que de haber querido serlo, hubiese sido de los mejores.
viernes, abril 06, 2007
Sombra y silencio
Se miraron de soslayo, los dos a la vez, sorprendidos del silencio tan poco corto que los había envuelto sin anuncio. Se miraron con miedo, con ganas de que no se note, como si tuvieran delante una fiera lista para devorarlos. Julia quiso carraspear, pero el intento quedó cojo, y en su lugar produjo un chasquido horrible, que no hizo otra cosa que ayudar a que aquel silencio se cerrara sobre ellos.
Ninguno podía ahora decir nada, era tarde ya, se había completado el círculo; las palabras se quedaron fuera, inalcanzables ahora, cercadas por aquello tan parecido a algo pero sin serlo del todo.
No tenía ojos, pero los observaba; no tenía manos, pero los atrapaba; no tenía dientes, pero los devoraba.
Y detrás del silencio llegó una oscuridad, de esas densas e infranqueables, que anidan en lechos de moribundos y que se alimentan de malos deseos; una de esas oscuridades que se comen de a poco los corazones, y al final nos escupen los huesos en la cara, diciéndonos “acá tenés”.
Y la oscuridad empezó a ocuparlo todo, y ellos que no podían hablarse, ahora poco a poco dejaban de verse, y esto los desesperaba.
Sí, los desesperaba. En sus corazones se empezaban a internar las sombras y el miedo los pudo. Sin pensar demasiado comenzaron a buscarse con manotazos, con gritos mudos, con llantos secos. Pero sordos y ciegos como estaban a nadie podían ver u oír que les dijera: “ya, ya está…”.
Del miedo nació esa necesidad, y con la necesidad empezaron a buscarse; pero nunca fue buena linterna.
Con tanto manotazo finalmente dieron el uno con el otro; pero sin ver no pudieron otra cosa que golpearse, y sin oír no escucharon las disculpas, y no quisieron ser menos y devolvieron los golpes: uno, dos, tres… tantos que al final ya no se supo quien había empezado.
Y no entendían, pero pateaban, y chuschaban, y arañaban, y mordían. Así, así al fin los encontraron las palabras, y pudieron decir, pero sus bocas hablaron cosas muy distintas de las que hubiesen dicho antes; y no se reconocieron las voces. Así, así al fin llegó la luz, los había buscado por todas partes, y los encontró enmarañados, pero no se parecían a lo que ella había dejado, no, los unían ahora manos que aferraban pelos o cuellos, pero nada más, nada de lo que viera antes; y entre ellos, gracias a la luz, por fin pudieron verse, pero se descubrieron distintos, no se reconocieron, sintieron vergüenza, se soltaron poco a poco, se acomodaron las ropas, se inventaron excusas, tosieron disculpas y, al fin, continuaron rumbos, él para un lado, ella para el otro.
Y tal vez se recuerden, pero sólo al cerrar los ojos, mirando, tal vez… hacia el pasado.
lunes, marzo 26, 2007
viernes, marzo 16, 2007
Sin Título IV
jueves, marzo 08, 2007
Cositos tiernitos y bonitos, si no tiene llame al 0800-FARO y llevese 2 x 1
lunes, marzo 05, 2007
jueves, marzo 01, 2007
Hoy es uno de esos días...
viernes, febrero 23, 2007
La Haine
sábado, febrero 17, 2007
Fin
Hay cierto humor, cierta gracia
en el filo de un final;
como una especie de ironía,
un guiño de Dios, una mueca.
Un estruendo mudo que sacude,
que espanta la esperanza,
la asusta como a una mosca.
Y se nos vuela; y se acabó.
Ahí llega el fin, con su filo.
Un filo que lo corta todo.
Un filo que acaba y se acabó.
Un filo que sin fijarnos, nos acaba.
Y es el final, lo sabemos.
Antes, un segundo antes,
todo podía seguir, para siempre,
pero ahora ya es el fin.
Y agarrate. Se acabó.
____
Ando vulvido =P
salut
lunes, enero 08, 2007
fushhhh
miércoles, enero 03, 2007
Coso, cosito.
PD: gracias, enana =D, mirá esa oreja, está copada o no?