Una vez iba por un bosque caminando, era oscuro, pero bonito,de alguna forma. Había muchos tipos de plantas. Arboles altos y bonitos, con ojas grandes y brillantes.
Brillantes, ante la luz de la luna, aunque la mayoría se encontraba en sombras.
En eso veo un destello.. O eso pensé al principio, me acerco y era un animalito muy curioso.
Me miró intrigado.. O intrigada, más bien, era una especie de .. Ave? no, no.. tenía alas de bichito, las movía rápido, tan rápido que no alcanzaba a verlas
y cuerpecito de persona, pequeño pequeñito, cual mariposa
creo que me sonrió, no te mentiré, era tan menuda su carita, que no podía distinguir.
Y salió disparada por los aires, volando a toda velocidad
¡a seguí corriendo! Como pude, con todas mis fuerzas ¡Dios qué rápida era! Finalmente, sin darme cuenta, salí a un enorme claro, donde millares de otras criaturas se paseaban de aquí para allá
Eran duendes, hoy lo sé, pero en aquel entonces no era tan.. "sabio".
Unos eran grandes, de mi tamaño, otros pequeños, inclusive más pequeños que mi "guía", del tamaño de una mariquita. Otros eran feos, peludos y grotescos, pero no parecían malvados. Como buenos duendes, sólo juguetones.
Me empecé a mezclar entre ellos, y me recibieron bien.. Aunque no todos, debo confesar. Y con el paso del tiempo, algo sucedió.
Poco a poco empecé a cambiar, y aunque yo hoy soy humano, en aquel entonces me parecía más a un duende, que a un hombre.
Me crecieron las orejas, y me cambió la voz
La risa se me volvió natural, era como respirar.
Entonces me pasó lo que hace a esta historia, extraña por sobre todas, porque en muchos cuentos se describen los duendes, y muchas personas se mezclan con ellos, y eso no es raro, ni para tí ni para mí.
Entonces me pasó, lo que de verdad me extrañó. Entre los duendes había, una niña extraña, más rara que un hada, sin dudas. Hablaba fuerte, apasionada ¡gritando casi! Pero respetuosa...
Y hablaba de cosas, que yo poco sabía, y me intrigó, y me acercé, y hablamos.
Y yo le conté cosas que ella no sabía, y ella me contó cosas que no sabía. En fin... Supimos lo que no sabíamos, y sabiendo esto, supimos que podíamos saber....
Y luego le dije un día: ven conmigo, este lugar ya me aburre, sigamos viaje, y dejemos que las hadas jueguen con los hados...
Asintió, y nos largamos de allí...
3 comentarios:
"Supimos lo que no sabíamos, y sabiendo esto, supimos que podíamos saber..."
me gusto esa frase...me gusto el cuento... jaja me gustan las hadas!!! jaja mil gracias de nuevo!!! besos!!! Yo
me gusto este cuento-me gusto-
Tururulandia... (?)
yo tenia un duende amigo.. supo ser buena compañia, pero ya se fue lejos, un placer haberlo conocido y reencontrarlo d vez en cuando...
q horas d pubicar eh!!!
-linda madrugada la d ayer-
(K) x 5
Qué anónimos truchos
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