Este es un personaje que conocí una vez mientras espiaba en un sueño que soñé, pero no era para mí. Me descubrieron a la mitad de la función y me echaron a patadas. Pero no importa, capté lo importante.
El vendedor es un sujeto peculiar, al cual no voy a describir, mejor que se describa él solo.
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-Buenos días, mi buen...- dijo la señorita -Necesitaría una poca de esperanza y docientos gramos
de alegría
-No, lo siento- respondió parco el vendedor-, acá no se venden cosas inútiles.
-Pero si no venden cosas inútiles- comentó ella, meditabunda -¿Para qué venden cosas? Usted debe saber que lo realmente importante no se consigue con dinero.
-Sí- respondió llanamente.
-¿Entonces?-
-Sí, yo sé eso, pero tengo esperanza de que los compradores no.
-¡Ahá!- exclamó la señorita -Entonces sí tiene esperanza.
-Pero no la vendo- dijo -¿No vio el cartel?
-¿Qué cartel?-
-Ah, lo vendí, me alegro...-
-Bueno, usted está muy loco, yo me voy-
-No lo diga por allí, buenas tardes-
lunes, enero 02, 2006
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3 comentarios:
JAJAJJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAAJA
Muy bueno!! Me encanta cuando usas esa ironía cotidiana que desparramas día a día, trasladada tus escritos Farito!!!
hace mucho que no escuchaba uno de tus cuentos.
sumergirse en el agua, dar la vuelta y mirar para atrás...mundo celeste, bajo fondo extraño....un escenario celeste. un cementerio de ideas y la muerte.
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